martes, 2 de febrero de 2016

La atención que no se presta


La atención que no se presta: de-construyendo el diagnóstico  ADD/ADHA.
Autor: Ps. Carolina Pautasso

Cierta práctica clínica presenta la problemática de la desatención del siguiente modo: derivación por parte de las escuelas de niños con mala conducta - diagnóstico de “déficit de atención con o sin hiperactividad” = medicación- terapia conductista ( reeducación de la conducta). Dicha combinación parece ser ideal para contentar a los adultos y ubicar a los niños como "enfermos" a "tratar" . El medicamento abolirá, entonces, la idea misma de enfrentar la adversidad.
¿Cómo diagnosticar ese trastorno cuando todo niño pequeño es desatento e inquieto?
Comencemos a visibilizar los principales conceptos...¿Que entendemos por atención?
La atención es un estado en el cual cierta tensión interior en el niño esta dirigida hacia un objeto exterior. Es un elemento mental que permite no quedar pasivamente sometido a las incitaciones del contexto. Permite al sistema nervioso no ser sobrepasado por la infinidad de estímulos que provienen del entorno. (nuestro mundo interno sería caótico si pudiéramos captar e introducir en nosotros todos los datos y estímulos del medio).
Atender no es solamente estar despierto sino tomar privilegiadamente un elemento sobre otros.
Lo que se le pide a un niño en la escuela es que mantenga por mucho tiempo la atención. Allí los niños  se rigen  habitualmente más  por la obediencia a normas , que por el propio deseo. Tienen que deponer sus intereses momentáneos y concentrarse por un tiempo prolongado en un tema.

Continuando ... ¿que entendemos por aprender?, ¿porque decimos que un niño desatento tiene dificultades para aprender?
Para poder aprender, es necesaria la figura de un adulto, presente, constituyente de dicho aprendizaje. Es el adulto quién va mostrando el mundo al niño, otorgándole sentido. Presentando los objetos, incentivando la curiosidad; siempre acompañados de vivencias placenteras.
Si la madre u otro significativo  no puede vincularse de un modo afectivo con el niño, porque esta en un estado depresivo o preocupada en demasía por sí misma, si por cualquier motivo  ella no puede atender a las demandas afectivas del niño, será difícil que este signifique al mundo como deseable. Será difícil despertar en este niño la curiosidad.
Se aprende a caminar para recuperar al otro amado que se ausenta, se aprende a hablar para darme a entender con un otro amado,  se comienza a investigar por fractura del narcicismo infantil;  el otro  tiene lo que yo no tengo; el otro sabe lo que yo no se.  La posibilidad de aprender  siempre  implica el reconocimiento de un déficit, de una falta.
Saber, también implica un deseo de dominio. Dominar aquello que no sé, que puedo comprender  sólo con ayuda de un otro; para quizás más adelante, previa facilitación, lograrlo solo.
Teniendo en cuenta estas ideas muy básicas podremos comprender que la desatención no es homogénea. Que existen distintos tipos de desatenciones según el contexto de cada niño. Y que sin dudas muchas cosas transitan entre generaciones para que un niño llegue a ser "desatento e hiperactivo".
Intentaremos hacer una especie de itinerario, no a modo enciclopédico ni clasificatorio...sino a fin de intentar visibilizar que es lo que le ocurre a un niño cuando tiene dificultades para atender...atendiendo a la pregunta ¿porqué un niño no atiende?
Diferentes tipos de desatenciones:
El varón terrible: Quizás los mismos avatares de la sexualidad masculina, que se hacen evidentes durante la etapa escolar, dificulten que el varón cumpla con las pautas establecidas por la escuela actual. Muchos niños con déficit de atención,  son simplemente sujetos en pelea por un lugar de hombres. El desorden, las peleas, la rebeldía, el desobedecer son conductas de búsqueda de mostrarse fuertes. Y en tanto esa lucha es una lucha por el poder, suele ser mucho mas valorado en los niños el ser el líder del grupo que el ser buen alumno.
El niño rey:  Son niños  que fueron  objeto de ser exhibidos, mostrado como un adorno. Mostrados como lo único que tienen sus padres para mostrar. Son  niños que estan pendientes de la mirada de los otros, la atención esta puesta en preservarse el lugar en que confluyen esas miradas. De este modo,  no pueden preguntar ni investigar.
El niño que todo lo sabe: Son niños que sólo atienden a lo que les resulta fácil, no hay lugar para pensar la falta, sienten que se quiebran si algo en ellos se pone a prueba, no toleran la dependencia de otro, por lo cual no atienden en clase. Si nada que venga de otro es necesario, no habrá suelo en que posibilitar el aprendizaje. Este disfraz de seguridad suele ser un modo de defenderse de  carencias importantes.
¿Me quiere o no me quiere?: Son niños que ponen especial interés en  intercambios afectivos pero no en relación al conocimiento, parecen estar en la luna. No están atentos a los contenidos quizás como consecuencia de una historia en la que el niño tuvo que recurrir a la empatía afectiva para otorgarle algún sentido a sus vivencias. Para estos  niños el amor a sí mismos esta sostenido en la mirada amorosa del otro. Si esta falta no pueden concentrarse en nada. Si el niño supone que el amor es algo que puede perder fácilmente, estará pendiente de las señales amorosas del otro sin poder concentratrarse en otra cosa o se recluirá.
El niño triste: Los niños que están en proceso de diferentes duelos (separación de los padres, muerte de un abuelo o familiar querido, pérdida de un juguete muy preciado, etc.)  no puede atender.  El duelo implica un trabajo psíquico muy importante, que consume toda la energía del niño en ese momento. Todo lo que no tenga que ver con el objeto perdido suele caer afuera de la atención del sujeto por un tiempo.
El niño que sólo juega: Se trata de una  desatención  por retracción a un mundo fantasmático. Son niños que  retiran la energía del mundo para depositarla en  sus fantasías. Niños que juegan en clase como si estuvieran en un mundo paralelo. Se refugian en las fantasías frente a las dificultades de la realidad. Este tipo de desatención, muestra, sin embargo, un poder creativo y de elaboración de conflictos.
El niño en alerta permanente : Son los niños atentos a todo, pendientes de todo tipo de movimiento o ruido, en estado de alerta.  Se trata de una sobre atención, una atención que va de un lugar a otro, en un zaping permanente.  Estos niños están conectados con el afuera, pero un afuera peligroso, esto podría ser  efecto de situaciones de violencia. No pueden concentrarse por ver toda situación como atemorizante.

Si un niño no puede atender y concentrarse en uno o algunos elementos, esa energía queda suelta en su organismo.  Y va de un lugar a otro buscando una  descarga. Por tal motivos, los niños desatentos, suelen ser muy activos.
El  movimiento en lugar de producir placer y descarga de tensión, genera en ellos más movimiento. No pueden detenerse solos, necesitan de una contención externa para lograrlo, un abrazo, un gesto o palabra envolvente.
Moverse impulsivamente es siempre un intento de sacar de sí lo insoportable. Muchas veces parecen niños que se portan mal cuando en realidad buscan calmar desesperadamente estímulos internos que los acosan.
Los actos de impulsividad e hiperactividad también tienen su origen en la más temprana infancia.
El niño llora, patalea, grita...nada de ello se modifica si alguien no realiza una acción específica. Sin un otro con una conexión empática que le permita detectar que es lo que el niño necesita, y por ende satisfacerlo, el niño queda "pataleando en el aire" a la espera de algo que lo calme.
Los padres de estos niños suelen repetir "te vas a golpear"," "lo vas a romper" como si pudieran prever lo imprevisible, como si lograran controlar lo incontrolable de sus deseos. "No le puedo sacar la mirada de encima por si no"... ésta es la  mirada que persiste y toma un cariz persecutorio, sin dar  lugar a la palabra.
Cuando esto sucede, cuando se hace por el niño, porque éste todo lo destroza a su andar, cuando se  prohíbe el movimiento, cuando se habla por el  niño; éste puede  quedar  en una posición pasiva ,inmovilizado, o de lo contrario,  demostrar que esta vivo a través del despliegue motriz.
Los adultos presentan preocupaciones,  no siempre explicitas,  son las dificultades para poner limites, la culpa ante estos, el temor al aburrimiento, la falta de espacios propios, la falta de tiempo, el apuro, la dificultad de verse como modelos.
Los niños no esperan tanto de ellos...Un ambiente que brinde continuidad en el tiempo , que les posibilite ser ellos  mismos a pesar de los cambios y que trasmita la confianza en la estabilidad de la presencia de sus padres.


El saberse amado es fundamental. 

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